Los casi cien mil refranes
registrados en la lengua castellana son un extraordinario material que
representa uno de los grandes valores aportados por el pueblo a través de los
siglos, y que los españoles siempre tenemos en cuenta en nuestra vida cotidiana,
puesto que nunca faltan refranes para ilustrar nuestra conversación en
cualquier momento del día.
Los refranes son frases populares que
expresan consejos, pensamientos, opiniones e ideas.
Recopilación de algunos de los más
utilizados y su significado:
A Dios rogando y con el mazo dando.
Si deseas, anhelas algo además de
pedírselo a Dios debes esforzarte para lograrlo, conseguirlo como por ejemplo
estudiar para un examen importante que quieres aprobar.
A lo hecho, pecho.
Cuando has cometido un error, una
equivocación, un desliz o has dicho algo inoportuno debes reconocerlo y aceptar
las consecuencias.
A palabras necias, oídos sordos.
Algunas opiniones, comentarios o
descalificaciones que no se sustentan en nada y son sólo por decirlas mejor no
oírlas ni hacerles caso.
Afortunado en el juego, desafortunado
en amores.
Se atribuye cuando no tenemos suerte
en los juegos de azar para justificar, quizás, la mala suerte y de este modo
que somos afortunados con nuestra pareja.
Al perro flaco, todo se le vuelven
pulgas.
Hay veces que las circunstancias son
desfavorables, tenemos escasez de algo que necesitamos o simplemente vamos de
mal en peor, entonces no podemos más que esperar que las cosas empeoren
irremediablemente o continuemos la mala racha.
Antes se coge al mentiroso que al
cojo.
La persona que miente en un momento u
otro se contradice por lo que rápidamente descubrimos el engaño, igual que si
perseguimos a una persona con una discapacidad en una pierna.
Cuando las barbas del vecino veas
pelar, pon las tuyas a remojar.
Si se da la circunstancia de que por
ejemplo un solar contiguo al vuestro es expropiado existe la probabilidad que
tu solar también lo sea. O si alguien cercano a ti tiene una enfermedad
contagiosa también es muy probable que te hayas contagiado.
Del dicho al hecho hay un buen
trecho.
Es muy fácil decir que haremos alguna
actividad, que lograremos ser lo que nos propongamos, son hechos factibles que
deben ser una realidad que deben ser llevados a cabo que suelen ser, a veces,
no sencillos de realizar.