Eras una señora,
llena de bondad
tus lindos ojos verdes
me llenaban de serenidad.
Recuerdo tus ondas
plateadas
que recorrían tu pelo
en ondas atrevidas
que me gustaba mirar.
Tus manos ágiles me
fascinaban
hacías magia con los
hilos
los entretejías de las
maneras mas insólitas,
y salían hermosos tesoros
para nosotras
Aún hoy son reliquias
que nos recuerdan a ti
Aunque para recordarte
no hace falta nada ,
sólo haber conocido,
tu gran CORAZÓN.
Te quiero
Carmen Gómez Calviño