En un parque
de cualquier ciudad estaban jugando en los columpios dos niñas pequeñas.
Hablaban de
muchas cosas, entre otras de que querían ser cuando fueran mayores. Una de
ellas, Lucía decía que quería ser azafata de vuelo, la otra comentaba que
quería ser maestra.
Pili era más
práctica que Lucía pues no había visto nunca una azafata pero si una maestra
pues iban al colegio.
Lucía era la
más risueña y presumida de las dos, siempre estaba peinándose y atusándose el
pelo, que era cobrizo.
Por su parte, Pili
no se fijaba mucho en su aspecto, vestía lo que su madre le ponía y no
rechistaba, cosa que no era muy habitual entre las niñas de su edad.
En cambio era
muy respondona y quería tener siempre la razón.
Eran vecinas,
sus madres eran amigas y las llevaban al mismo colegio, que quedaba cerca de
casa.
A Lucía no le
gustaba estudiar, la profesora le decía que siempre estaba en la luna de
Valencia.
Pili en
cambio, era muy responsable, le gustaba ir a clase y aprender cosas nuevas,
pero lo que de verdad le gustaba era hablar con sus compañeras.
De manera que
le decían “Pili la habladora” y la castigaban frecuentemente con escribir
cien veces: “En clase no se habla”.
Pero la cosa
quedaba ahí, no tenía mayores consecuencias.
Un día la
familia de Pili cambio de residencia y se fue a Sevilla, Lucia siguió viviendo
en el mismo sitio, así que perdieron el contacto.
Un día se
encontraron en su ciudad, ya no eran niñas y se besaron y se preguntaron que
había sido de su vida.
Lucía se había
casado y tenía dos niños, había trabajado en un supermercado muy conocido, pero
la despidieron cuando quedó embarazada de su primer niño.
Pili era
maestra, como siempre quiso, pero le comentó que la realidad no es la ficción y
que a veces deseaba no haber elegido esa carrera. Era interina y con la
situación laboral actual debía estar contenta.
En cuanto a
hombres, no había tenido mucha suerte, no había cuajado con ninguno apenas
flirteos.
Vivía sola y
le dijo entre risas que cualquier día iría a algún programa de la televisión
para encontrar novio.
Se despidieron
con un abrazo y esta es una historia que podría ser la de dos amigas
cualquiera.
I.S.G.