Estoy mirando por la ventana
de mi habitación.
Un cuarto destartalado, desde
donde se ve casi toda la ciudad a través de una mosquitera.
En
la cama hay un libro prestado, del que llevo pocas páginas leídas y en la
mesita de noche un equipo pequeño de música y un ventilador.
Hace
mucha calor, las aspas del ventilador dan el fondo musical a la escena.
Estoy
por motivos de salud, como una estatua, sin moverme.
No
obstante, reconozco que me muevo un poco por mi casa.
Tengo
la sensación que siempre que empiezan a irme las cosas mejor, ocurre algo y
tengo que volver a empezar de cero.
Ahora
que mi vida es tan oscura. Necesito pensar que algo dará luz a mi vida
Quiero
gritar mi angustia y mi soledad, pero me trago el dolor e intento serenarme.
De
joven odiaba las rutinas.
Hoy
creo que son un cabo donde aferrarse del vacío de la existencia.
Ahora
mi vida está vacía, llena de nada. I.S.G.