Vivir
es difícil para cualquier ser vivo. En particular, voy a hablar de los humanos.
Diariamente
hay que tomar decisiones y nadie nos asegura si estas son las adecuadas
o no. Es más, a veces son adecuadas para conseguir un fin y no otro o incluso
tienen “efectos secundarios”.
La otra
opción es no decidir, pero entonces otras personas decidirán por nosotros y nos
sentiremos frustrados si no obtenemos lo que deseamos, aunque siempre tenemos a
quien echarle la culpa. Eso siempre anima mucho.
Suele haber conflicto de
intereses.
Cuando nos molesta algo tenemos dos opciones:
1-Callarnos y por dentro nos
duele.
2- Decir que no estamos de
acuerdo y hay que prepararse para las consecuencias.
Por muy bien que quieras
contestar el miedo a la respuesta no te lo quita nadie.
Si tienes una enfermedad
mental, los problemas se acrecientan.
Además de los problemas propios
de la enfermedad, la gente no nos comprende .
Las personas “normales” no
aceptan la diferencia, cualquiera que esta sea.
Un enfermo físico da lástima,
nosotros damos un poco de miedo.
Miedo a lo desconocido.
Si nos
conocieran más, se darían cuenta que en
general incluso, yo creo que tenemos una sensibilidad más acusada que la
mayoría de las personas porque por nuestras circunstancias hemos sufrido más.
Al menos esta es mi opinión.